«El paisaje es memoria. Más allá de sus límites, el paisaje sostiene las huellas del pasado, reconstruye recuerdos, proyecta en las miradas las sombras de otro tiempo que sólo existe ya como reflejo de sí mismo en la memoria del viajero o del que, simplemente, sigue fiel a ese paisaje». Julio Llamazares, El río del olvido.
Hacía ya tiempo que no escribía sobre mis últimas lecturas. Como siempre alterno antiguas y nuevas publicaciones, pues la Literatura no entiende de tiempos, es eterna. Es curioso, pero me he aficionado a la Literatura de viajes, ¡quién me lo iba a decir!, sin olvidarme de la novela como no podía ser de otro modo.
El río del olvido. Julio Llamazares.
Se trata de un libro de viajes en el que el autor, ya conocido por todos 🙂 , relata su experiencia recorriendo el río de su infancia, el Curueño (León). Es una reflexión sobre el paisaje, los recuerdos, el modo de vida tradicional, un «estudio sociológico» sobre las gentes del lugar, y el goce de conocer sus raíces.
Julio Llamazares realiza el viaje solo, en contacto con la naturaleza, la cultura y la singularidad de sus gentes, que le muestran la historia de los pueblos por los que va pasando siguiendo el curso del río.
Esta vez la narración se realiza en tercera persona, refiriéndose en todo momento al «viajero». La descripción es inmejorable y hace que el lector pueda visualizar desde la lectura los paisaje que va detallando el autor ¡una maravilla!.
No solo recomiendo la lectura de «El río del olvido» sino que también aconsejo visitar todos los pueblos de los que con tanta pasión habla Julio Llamazares.
Rio Curueño en Pardesivil. Fotografía: http://www.mancomunidadcurueno.com/
Atlas de la España imaginaria. Julio Llamazares.
En este libro se recopilan los textos y las fotografías que se publicaron en el Magazine de La Vanguardia. Merecen una mención especial las ilustraciones y las fotografías que acompañan a la narración.
En el imaginario español existen lugares que han llegado hasta nosotros a través de dichos y frases hechas («Estás en Babia», «Por los cerros de Úbeda» etc) que muchas veces no se sabe de donde vienen, si de la Literatura, la leyenda o la costumbre. De eso se encarga Julio Llamazares, de explicarnos no solo el origen de la expresión, sino también y sobre todo de relatarnos como son esos lugares realmente, sus gentes, sus tierras. Con su estilo personal describe Fuente Obejuna, Pinto y Valdemoro, Jauja, Insula Barataria y las narraciones que personalmente más me han gustado, Babia, Las Batuecas y los cerros de Úbeda.
Aún queda sol en las bardas (apuntes para pensar Castilla). Avelino Hernández.
Así describe el historiador Julio Valdeón al autor: «Para quienes lo conocen sobran todas las palabras de presentación. A los otros habrá que decirles que Avelino Hernández es, ante todo, un castellano de pura cepa (soriano, para más señas) que ama apasionadamente a su tierra y que lucha denodadamente por su recuperación, poniendo al servicio de esta empresa su talento, que es mucho, y su pluma, brillante e incisiva« (Prólogo de Julio Valdeón para «Aún queda sol en las bardas», 1983).
Y nadie podría decirlo mejor.
Lo primero que pensé cuando conocí la obra de Avelino Hernández fue ¿cómo he podido tardar tanto en conocer a este maravilloso autor? y peor aún, siendo de Soria ¿Por qué no lo había leído hasta ahora? Debo decir que lo conocí a raíz de leer a Julio Llamazares, quién siempre encuentra un hueco para recordarlo.
Fiel defensor, pero también crítico con su tierra, en «Aún queda sol en las bardas» nos contagia su entusiasmo por sacar Castilla y León de la desidia, el olvido, la rutina y la pobredumbre cultural en la que se ha visto inmersa en los últimos tiempos. Pero deja claro que con quejarse no vale, hay que buscar soluciones… y él tiene esperanza.
«Un serio reto, pues, para quienes se ocupan de hacer Castilla royendo el hueso de levantar en ella un sólido soporte intelectual y cultural» (Avelino Hernández).
Este libro se editó en 1983 a raíz de la formulación del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Es una gozada leer las descripciones, historias y reflexiones de Avelino Hernandez con un vocabulario exquisito en el que se potencia la lengua castellana; en el que se proyecta su entusiasmo y admiración por estas tierras . ¡Qué mejor manera para entender la Historia que leer los testimonios de primera mano! y ¡qué triste comprobar que nada ha cambiado». Treinta y tres años después esta región sigue siendo sinónimo de olvido, dejadez y pobredumbre.
Gracias Avelino por contagiar tus valores y esperanzas, magnífico legado.

Avelino Hernandez. Fotografía: avelinohernandez.com
Enlaces de interés:
Artículos:
http://www.elcultural.com/noticias/letras/Atlas-de-la-Espana-imaginaria/8602
http://verne.elpais.com/verne/2016/01/05/articulo/1452012014_529185.html