Ecos del silencio

Hubieras cumplido 24 años. Enero de 1938.

      La vida, o la muerte, se torna así y cuatro días antes de tu cumpleaños mueres de frío, bronconeumonía lo llamaron. Recibió los Santos Sacramentos y sepultura eclesiástica… tan lejos de tu casa, sin que ninguno de tus familiares pudiera acudir a despedirte. Solo. Allí, en una fosa común pasarías alrededor de dos o tres décadas, hasta que las instituciones públicas pertinentes decidieron vaciar las fosas comunes y tirar tus restos al osario. Que ninguna persona te reclamó era su justificación.

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Osario del cementerio de Santa Isabel de Vitoria. Tres claveles por tu memoria, la que guardaba tu hermano y la que mantienen tu sobrina y tu sobrina-nieta.

Desde que te fuiste para siempre nadie supo más de ti hasta pasados unos 78 años, en que mirando y recordando tu fotografía empezaron a surgir las dudas.

      Todo eran habladurías, era soldado decían, murió cuando la guerra, o quizá antes, estaba en el norte por Santander o Vitoria… Y nada más. Pero mi abuelo guardaba tu retrato como si fuera un tesoro. El 8 de enero de 1938 no estabas solo, tu presencia fue constante en el corazón de los que te querían, y lo siguió siendo después.

     Hace más de dos años que te busco y no te encuentro, a penas te conozco. Nacido en un pueblecito de León, eras sastre de profesión, soldado de Sanidad Militar de A Coruña (no se desde cuando), estuviste en Calatayud y en Vitoria durante la Guerra Civil. En esta última ciudad falleciste en un «Hospital Militar» de bronconeumonía y en el cementerio municipal te enterraron con la sola presencia del ebanista. Y tu retrato… uniformado como soldado, realizado por un fotógrafo que por algún motivo que desconozco pasaba por allí y decidió fijar tu imagen.

      La mayoría de los documentos que hablan de ti han desaparecido. Los pocos datos que tengo no me permiten conocerte bien. ¿Soldado al que sorprendió la Guerra mientras realizaba el servicio militar obligatorio? Es posible ¿Participaste en el Frente de Aragón? también lo es ¿Falleciste a consecuencia del frío en un campo de concentración camuflado como «Hospital Militar Seminario» de Vitoria? Es más que probable ¿En que bando tuviste que luchar? ¿Estabas relacionado con la militancia de tu hermano mayor? ¿En alguna etapa de ese año y medio de Guerra tu participación fue voluntaria?

      Dudas y más dudas que me separan de la salvaguarda de tu memoria. Busco en la historiografía contemporánea y me ayuda a establecer un contexto, pero son solo interpretaciones en las que quizá me equivoque, la Historia no es una ciencia exacta. Y el silencio, ese silencio impuesto que me impide encontrar tus recuerdos en aquellos que aún los tienen. No se pueden plantear preguntas. A penas hay respuestas. Solo silencio.

    Además no es fácil, por mucho que se esfuercen es desesperante la espera de la documentación, cuando la hay. La falta de medios para la investigación, sobre todo a nivel personal aunque la realice un historiador. La pasividad y la falta de comprensión de la mayoría de las personas que nos rodean. Ese silencio atroz.

    Hoy, en el 104 aniversario de tu nacimiento, quiero recordarte. Quizá los tres claveles que te llevé echen raíces y un día pueda encontrarte y conocerte mejor, salvar tu Historia. Aunque quizá ya me he rendido.

Hace 80 años que desapareciste, el silencio intentó que te olvidáramos pero siempre hay ecos que nos devuelven la esperanza y tu recuerdo.

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Leonides, 12 de enero de 1914 – 8 de enero de 1938.

 

 

 

 

 

 

 

 

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