El Batallón Numancia

» El Numancia fue, en los cuatro meses que estuvo en este sector alcarreño, una unidad heroica, entusiasta y disciplinada. Sus hombres eran todos antifascistas que pugnaban por reconquistar sus tierras, en su mayoría sorianos y riojanos, cuyo mérito era reconocido por el propio enemigo«.

Juan Antonio Gaya Nuño, 1937.

El 18 de julio de 1936 se produjo en España un golpe de estado militar que condujo al desarrollo de una Guerra Civil que duraría hasta 1939. Tras el fallido resultado del golpe a consecuencia de la resistencia ofrecida, muchos voluntarios de todo el país comenzaron a enrolarse en las milicias para formar parte de un ejército popular leal a la República.

     La región castellanoleonesa pronto cayó en manos de los rebeldes, por lo que muchos quisieron hacer frente a esta ocupación, algunos desde sus propias ciudades de origen y otros desde sus lugares actuales de residencia. Tal es el caso de muchos sorianos residentes en Madrid.

   Un mes después, el 18 de agosto, los periódicos de Madrid hicieron varios llamamientos con el objetivo de conseguir voluntarios para las milicias, muchos de ellos dirigidos a ciudadanos residentes en la capital a los que se les pedía que se alistaran. Algunos se agrupaban según sus lugares de origen (hubo milicias abulenses, segovianas, salmantinas etc.) a través por ejemplo, de las Casas Regionales , para poder reconquistar sus tierras y defender la legalidad republicana. De este modo, varios dirigentes sorianos, entre ellos el diputado por Soria del Frente Popular, Benito Artigas Arpón, hicieron un llamamientos a todos los sorianos residentes en Madrid.

«Soria, nuestra querida madre, tierra de libertades, está en su mayor parte oprimida por los traidores de la República. Ha llegado el momento de nuestra más eficaz colaboración con la lucha por la democracia. 

Todos los sorianos residentes en Madrid, todos los que quieran arrancar nuestra tierra, nuestros hermanos , nuestros afectos todos al látigo oprobioso del fascismo, deben apresurar su inscripción, acompañada del mayor número de pruebas de significación izquierdista , en la milicia que se organiza a tal efecto y que, tras adecuado adiestramiento para las armas en los cuarteles de las gloriosas milicias, se unirá al Ejército leal y a los hermanos antifascistas de La Rioja y Navarra para librar nuestra meseta del Duero del afrentoso yugo reaccionario ¡Viva la Rpública del pueblo! ¡Viva Soria antifascista! ¡Abajo el fascio!».

(El Liberal)

      Como Soria no tenía Casa Regional, los residentes en Madrid y los evadidos que iban llegando de la provincia se fueron reuniendo en la cafetería María Cristina de la capital y posteriormente en un hotel.

      Las milicias sorianas respondieron con gran ímpetu y llegaron a los 400 inscritos, pero como eran necesarias 750 personas para formar un batallón, a ellos se fusionaron las milicias navarras y riojanas, constituyéndose de este modo el Batallón Numancia.

       En octubre de 1936, ya instruido y dirigido por Artigas Arpón, el Batallón Numancia se dirigió al frente de Guadalajara, provincia colindante con Soria (ocupada por el general Mola) y Madrid (leal).

Sin título

Estampa, 17/10/1936

Dirigidos por prestigiosos coroneles como  Jimenez Orge y  Víctor Lacalle Seminario, lucharon junto a milicias del P.O.U.M, con anarquistas de la CNT, con combatientes del sector ferroviario, junto al Alicante Rojo, Leones Rojos, Milicias socialistas, Batallón Pasionaria y las Brigadas Internacionales entre otros para lograr mantener las líneas del Frente de Guadalajara. Vivieron grandes victorias y duras derrotas como fue, por ejemplo, la pérdida de Sigüenza.

      Al Batallón Numancia se inscribieron personas de renombre como el ilustre soriano Juan Antonio Gaya Nuño, gracias a cuyas memorias de la guerra (editadas a través de Cálamo, con Margarita Caballero y Álvaro Sanz. «Memoria de Guerra») tenemos más conocimientos sobre este frente. Fueron milicianos también Miguel Ranz Iglesias, vicepresidente de la Diputación Provincial o Baldomero Peralta, entre otros. De todos sus componentes cuentan grandes hazañas desde que llegaron al frente en octubre de 1936.

     A raíz de la ofensiva fascista (del ejército sublevado o también llamado Nacional) sobre el Jarama fue preciso enviar allí al mágnifico Batallón Numancia (en palabras del propio Gaya Nuño) y relevado de sus posiciones en Gualadajara (Jadraque). Allí perecieron gran parte los milicianos de los que hasta el enemigo, decían, tenía buenas palabras para ellos.

«Allí quedaron sus valientes efectivos, portándose todos con bravura incomparable, hasta el punto de rebasar los objetivos y adentrarse en terreno faccioso. No volvió al frente de Guadalajara esta gloriosa unidad, cuyo elogio haré en toda ocasión (…) A su merecida fama le acompañó la desgracia y sus restos están hoy en el frente de Madrid».

Juan Antonio Gaya Nuño, 1937.

 

 

 

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